miércoles, 15 de junio de 2011

La primera noche

Mi primer fin de semana en Lisboa coincidía con el cumpleaños de Ed, el gringo que vive conmigo. Desde una par de días antes los chicos de la oficina comenzaron a organizar una salida para el martes a la noche, no entendía mucho de las conversaciones en portugués pero el sábado a las 9 de la noche ya estábamos tomando el tren para ir a encontrarnos en un restoran y después salir.

Portugalia se llamaba el lugar. Un lugar bastante ¨cheto¨ en medio de la zona del puerto con la entrada cerca del río escondido junto a las vías del tren. Con ese nombre tenia que comer un plato típico, así que les pedi a los chicos que me señalen en la carta el plato más típico.

Un par de cervezas después, el mozo llego con un bife a caballo con papas fritas. Más típico que el mate parecía ese pedazo de carne hasta que lo probé. Resulta que la carne estaba flotando en una salsa base de queso, que se mezclaba con el jugo de la carne y era ideal para mojar las papas fritas después de comer el bife. Bien ahí Lisboa.

Corazón contento comenzamos a encarar la noche Lisbonense. Hay una zona cerca del puerto llamada Barrio Alto que tiene toda la onda del mundo. Son cuadras y cuadras de gente parada en la calle y en las veredas tomando, charlando riendo y gritando con un poco de música de fondo. Es como un súper bar gigante al aire libre. Por lo que entendí, la joda en Lisboa consiste en comprar algo de tomar en un barcito, que en esa zona son como los kioskos en argentina, pero solo de bebidas alcohólicas. No hay donde sentarse, solo comprar un vaso de algo y salir a la calle de nuevo. También es bastante económico. Sería como una gran previa en medio de la calle que dura toda la noche.



No exactamente toda la noche, cerca de las 3 los barcitos cierran y uno tiene que tomar la decisión de volver a casa en el estado en que esté o seguir hasta la mañana en una disco (Boliches). Por supuesto, era el cumpleaños de Ed y varios ya estaban muy contentos así que no podíamos cortarles la inspiración. Miguel, uno de los chicos recomendó un lugar donde ir, y después de un que si y que no en portugués un par se fueron y los demás fuimos hacia ahí.



Trumps decía el cartel de la entrada. Black Eyed Peas se escuchaba desde afuera, los parlantes a punto de explotar. Después de una escalera larga hacia abajo, y de gatillar 15 euros ($90) de entrada la risa malvada de mis compañeros me dijo que algo no estaba bien.

Comencé a mirar alrededor. Muchos chicos, con sus cortes de pelo CR7 y ropa chic bailando de a dos. Varios chicos en pose de chamuyero con un brazo apoyado contra la pared acorralando a otro. Ja ja ja, se reían mis compañeros no se si de mi cara o de Ed que todavía no se había dado cuenta y estaba bailando al estilo Rave Europeo en medio de la pista. No solo era un boliche gay, sino que era el boliche Gay mas grande de Lisboa.

El boliche estaba muy bueno, pero no era exactamente mi onda. Con la espalda contra la pared fui a cambiar mi consumición con un par de mis compañeros y esperando en la fila le pregunto a Miguel:

- ¿Esta es la impresión que querés que me lleve de los Portugueses?
- Ustedes los latinos haciéndose siempre los latinos machos no tienen idea. Aca los chicos les piden a sus amigas que les hagan gamba en estos boliches y después las dejan solas, aburridas. Acá no hace falta saber bailar salsa y tango ni nada.

El que sabe sabe.

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